Jueves 14 de febrero de 2013 | 18:25
POLITICA // DISCURSOS VS. ACCIONES
Mauricio
Macri, Francisco De Narváez, Juan Manuel de la Sota, son algunos de los
políticos que acusan al gobierno nacional de agresivo, autoritario y falto de
diálogo pero...¿y por casa cómo andamos?
Mauricio
Macri es un fiel
ejemplo de la frase que
ilustra esta nota. Él mismo
en su
accionar no cumple
las premisas que más
pregona para que
adquiera el gobierno
nacional: más diálogo y no
agresión.
El 16 de enero pasado, demostró que no le interesaba tanto abrir
la comunicación con la Casa Rosada por el tema del subterráneo. Ante la reunión
que convocó el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, con los
Gobierno de la Ciudad y la provincia de Buenos Aires para coordinar políticas
en la Agencia Metropolitana de Transporte, prefirió no participar y contestar
unilateralmente.
Algo similar ocurrió con el memorandum de entendimiento con Irán
por la voladura a la AMIA ocurrida en 1994. Este miércoles el canciller Héctor
Timerman participó de un plenario en el Senado, instancia en que la oposición
pudo cuestionar y preguntar sobre esta herramienta. Un buen momento sin duda
para poner en práctica la crítica constructiva característica de un discurso
sin agresiones. Pero no, Macri optó por decir que era "una mancha negra",
"una falta de respeto", que "nos aleja de la verdad y la
justicia".
"Estoy en contra de cualquier tipo de escrache" dijo
hace algunos días en una entrevista Francisco De Narváez. El lider de Unión
Celeste y Blanca no resistió el archivo ni una semana. Justamente acaba de
lanzar una campaña por demás agresiva contra la figura de la Presidenta que se
titula "Ella o vos". Y así describe a la gestión actual nacional como
"un país sometido a los caprichos de una Presidenta que pretende reformar
la Constitución para perpetuarse en el poder, y que gobierna según el humor con
el que se despertó a la mañana".
Otro ejemplo ocurrió en Córdoba. Allí el gobernador Juan Manuel de
la Sota le recomendó via twitter a la primera mandataria que "el diálogo
es mejor que sus monólogos" ya que "aburre con sus ataques".
Estas declaraciones ocurrieron algunos días antes de que su gobierno local
dispusiera la clausura de varias antenas de Televisión Digital Abierta por no
respetar normas locales ambientales, siendo que algunas de ellas se encontraban
a metros de otras de similares características de Cablevisión. El AFSCA lo
acusó de tener un transfondo político y no real.
Sin lugar a duda el ejemplo más extremo es el de Miguel Del Sel,
humorista y excandidato a gobernador de Santa Fe por el PRO, el mismo partido
que acusa al kirchnerismo de soberbio y agresivo. En un espectáculo teatral
catalogó a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de ser una "vieja,
chota, hija de puta". Sin palabras. El expolítico se disculpó pero Macri
lo justificó, y como es típico de su discurso, tiró la pelota para otro lado:
"Pienso en cuántos mienten y agreden todos los días a los argentinos y
nunca piden perdón".
Tampoco pueden quedar al margen las más insólitas justificaciones
a la agresión realizada por algunos de los pasajeros de Buquebus al
viceministro de Economía, Axel Kcilliof. El dirigente radical, Gil Lavedra
manifestó estar "en desacuerdo contra todo acto de agresión o violencia
verbal" pero acto seguido dijo que "con el clima existente, viajar en
Buquebús desde Uruguay, no me parece que haya sido prudente".
Por su parte Elisa Carrió, ex titular de la Coalición Cívica,
aseguró que cree que "los escraches son una práctica fascista" pero
justificó la agresión a Kicilliof al sostener que "el poder de un
presidente no es el mismo que el de un persona diciéndole hipócrita a un
viceministro". Para ella allí "viajan muchos trabajadores y viaja
gente clase media". Según relató Carrió en una entrevista ella misma sufrió
"escraches" y "casi nadie se solidarizó".
Fuente: Diario Registrado
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